Ahí cuelgo esta foto que hice este verano en Oslo (Noruega). No me digais que no es preciosa la escultura. Si es que las esculturas públicas (especialmente si son de bicicletas), la elegancia y el buen gusto no están reñidas (aunque algunos políticos a veces intenten demostrarnos lo contrario...).
Me gustan sobre todo los detallitos: la cadena que la han puesto a la bici, el modelo de bici y que se trate de una niña... Nada que ver con la bicicleta de troglodita que tenemos a la entrada de Guadalajara. Otro día envío alguna cosita más de este estilo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario